Alas rotas...
Camarada en la lucha por la vida
tu rostro me persigue entre las ruinas
ingratas y egoístas de tu propia humanidad.
En sendero de oscuro retorno se convierte tu ira,
intranquila soledad que baja desde tu cabeza
y se agarra de un hilo de esperanza,
prendido del nigromante país de la alegría.
Orgulloso estas de tus desvaríos,
riquezas mentales proferidas…
Pero tiempo es lo que reclamas,
tiempo entregado por tu alma,
generosos bostezos de falsa sumisión
alarmados por vivir y morir en desolación.
Las brujas escoltan tus sueños
esparciendo el veneno,
impregnándolo en el recinto sagrado
que tu corazón necio ha acabado
por perderte en el laberinto de lo olvidado.
Embriágate con tus dioses muertos,
con tus ideas reiteradas
extasiadas de torpezas.
Que tu mundo se cubra con las alas,
alas de nefasta impaciencia.
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