El Hada y la locura

El hada y la locura I

Recostada en mí lecho
aspiro tu aroma a lo lejos,
atravieso el espacio y el tiempo
sólo para robarte un beso.

Tu silueta se dibuja claramente
y yo me acerco lentamente,
poso en tus mejillas mis manos
pues claman por ti desde hace años.

Mis deseos se hacen brisa
al compas de tu sonrisa,
abriéndome tu boca en celo
reposo en tu virginal anhelo.

Siento tus manos curiosas
surcar mis curvas ansiosas,
descubres mis pechos dormidos
acariciándolos con tus suspiros.

Tu lengua remonta vuelo
sofocando mis deseos
y ahora te siento dentro…

Motívame con tus besos
robándome el aliento
con el calor de tu cuerpo,
Hada de mis ensueños
te dedico éstos versos…

 

Vesania Nocturm

 

Para mi amada musa Hiada, el hada oscura

Dolor de ángel…

¿Qué pasa cuando miramos la desdicha a la cara?

Cuando la vida va matando a la existencia…

Un ángel se corta las venas

Al enfrentarse a su reflejo,

Penas que sangran por plumas

Acompañan a las letras moribundas,

Desmembrando los sueños

En un eterno tormento.

Pequeño ángel que llora

Postrado a la tumba de su autora,

Queriendo pintar su vientre

Con el barniz de su sangrante afluente.

Tus plumas se entierran como dagas,

Precipitándote al abismo

De tu tierna esperanza

De ilusiones partidas

Destrozadas por la vida.

¡Cómo es tu muerte! Mi pequeña niña,

Que también ella te lastima,

Se olvida de darte los brazos,

Ni siquiera ella te abriga

Cuando más la necesitas.

Es que acaso no comprende

Tu dolor, tu sentimiento,

La soledad y la ira.

Es que acaso ni ella sabe

Que tu autora está marchita

Que se marcho con el viento

A los jardines del sueño.

Olvidándote descalza

A la sombra de la envidia

Con hambre de lo terreno

Con hambre de amor etéreo.

Como esa flor silvestre

Como la caricia furtiva,

Como el beso robado

Como el árbol arrancado…

Así es tu corta vida

Llena de dolor e intriga

Y solo a veces el sol brilla

Cuando te abraza una mano amiga…

Vesania Nocturm

A un frágil ser que poco a poco pierde los cristales de su vida,

mi pequeña niña de carmín arcilla.

Ecos del ayer…



Mis pasos de hacían ecos con efigies de tiempos extraños, las brisas juguetonas se ocultaban detrás de los arboles en las calles vacías alumbradas por el faro lunar, como pálida sonrisa de los cielos.

El recuerdo hacía presa de los ídolos añejos, el amor marchito se delineaba como una sutil gota en mis ojos de mar. Tu bizarra silueta se alcanzaba a vislumbrar en la soledad de mi mente, el pensamiento es sometido a las necesidades de mi cuerpo y te busco queriendo entregarme de nuevo a tus delirios, divagar por las nubes borrascosas del recuerdo que te trae ante mí.

Puedo ver esa lánguida figura desvanecida por las partículas de lluvia, unos ojos cristalinos poseedores de la inteligencia inmortal, merodean en mi piel desnuda y fría, una piel dormida en espera de la caricia voraz.

El aire de tu cuerpo al acercarse a mi desorienta mis sentidos, dejo de pisar en tierra firme y me dispongo a volar en tus caricias. Detienes tu nariz esquimal en mi puerto helado, frotas tu piel con la mía invitándome a danzar contigo al compas del nocturno y su piano, al vaivén del violín y sus pasiones rojas.

El pétalo de tus manos estremece mis hombros bajándose a mi cintura, receptora de tu energía, de tu boca de miel. Bésame con la suavidad del viento otoñal para que el sabor a selva negra se esparza dentro de mí. Cual sauce llorón mecido en otoño, es mi cuerpo mecido por el tuyo, rodeas mi ser hundiéndome en tus brazos; delicadamente tomas mi mano entre las tuyas, la llenas de besos con un amor y respeto solo visto en los tiempos viejos.

Los suspiros se escapan de la prisión ancestral en busca de tus labios etéreos. Nuestras miradas que callan se lo dicen todo, la vida misma hace una pausa reverenciando nuestro encuentro, el iceberg de mi corazón vuelve a latir, por un instante regresa el calor, la vida pintando la realidad de un violeta musical.

¿Acaso éste nuevo encuentro será el renacer de nuestra historia? O simplemente serán jugarretas de mi mente prisionera de ti, del perfume apasionado que en algún tiempo me doblego a tus deseos. Cada sábado éramos uno y a cada vibración del cuerpo descubríamos húmedas profundidades, ahogándonos en bocanadas de febriles deseos, sucumbiendo a las delirantes sensaciones de tu lengua en mí, saturándonos el uno al otro con el orgásmico aliento de la vida…

El silencio anuncia la entrada de la realidad, ilumina mi habitación vacía, solo era un recuerdo traído por mi mente, mi mente que sucumbe a la carne pegada a mi, reacción alucinante venida con el aire lunar, nacida de mi piel de luna. Es entonces cuando tu imagen se disipa con las gotas de agua del cristal empañado de la ventana y los pálidos rayos del sol me traen también la tortura de extrañarte.

Vesania Nocturm

Éste es el escrito de una amiga muy especial, el cual quiero compartir porque es un ejemplo del sentimiento nocturno, de la pasion humana hecha letras... Gracias Naívi.

Entre mis sabanas…

De noche te buscaba entre las sabanas de mi cama, entre las sombras de mi cuarto que se formaban a la luz de la luna. Desesperada y loca pensaba en que llegara el día en que volviera a ver tu cara pálida acentuada con el negro de tu cabello y poder perderme en tus labios, labios q marcaron mi alma, labios q inspiraron a amar.

El cielo es testigo que tus manos entre las mías me quitaban y me devolvían el aliento, que tu mirada provocaba una sonrisa y encendía una llama de esperanza al camino lleno de flores y mariposas que revolotearían en mi ser y que me llevaban a hacer lo prohibido. Tus palabras que suave y delicadamente me llevaban a construir un mundo sin límites tu ser que me hizo sentir que esto no tendría fin.

De noche te buscaba entre mi almohada, el mundo callaba y el cielo escuchaba mientras las lagrimas caían y mi corazón ardía pero aun así no aparecías.

Es de día, es hora de despertar, el presente toca la puerta Dios calma mi corazón y es hora de salir, las gafas me cubrirán del sol, la sonrisa cubrirá el dolor y solo tu recuerdo llenará mi corazón…

Naívi

Me abrigo de un largo día recorrido
fundo mi cuerpo con la mesa del café e
inserto mi atención en el smothie solicitado.

Mientras espero la orden del día
vuelo sobre cenizas de relaciones rotas.
¿A dónde me llevarán los restos?
Cadaveres pudriendose en vida,
violados por sus propias esperanzas,
violentados por la voluntad destructiva
de un corazón suicida.

La Jaula…

Un lugar donde solo los sueños reinan
Donde no hay mas preso que la vida
Que a gritos intenta fugarse entre las grietas.

La jaula…
el lugar donde habitan bellas flores cautivas
donde solo se respira aire artificial,
aire controlado por las sombras simuladoras del destino,
brumas sometedoras hasta de los silencios,
brumas que profanan la intimidad con brujas,
aquelarre de despóticos dioses…

Libertad inalcanzable,
libertad sofocada
encerrada tras los cristales
empañados de apariencias,
reflejo de creencias.

¿Cuándo vendrá la muerte por mí?
O cuando partiré a la vida,
A la independencia de la selva lejana
al mudo romántico y fatídico
que con una rosa me espera.

Quiero ese mundo,
al que solo puedo llegar en letras,
letras q escapan de la jaula,
letras que despiertan a la vida
cuando las pinto con mi sangre
para cicatrizar mí duelo
que enmarca la intimidad.

Alas rotas...

Camarada en la lucha por la vida
tu rostro me persigue entre las ruinas
ingratas y egoístas de tu propia humanidad.

En sendero de oscuro retorno se convierte tu ira,
intranquila soledad que baja desde tu cabeza
y se agarra de un hilo de esperanza,
prendido del nigromante país de la alegría.

Orgulloso estas de tus desvaríos,
riquezas mentales proferidas…

Pero tiempo es lo que reclamas,
tiempo entregado por tu alma,
generosos bostezos de falsa sumisión
alarmados por vivir y morir en desolación.

Las brujas escoltan tus sueños
esparciendo el veneno,
impregnándolo en el recinto sagrado
que tu corazón necio ha acabado
por perderte en el laberinto de lo olvidado.

Embriágate con tus dioses muertos,
con tus ideas reiteradas
extasiadas de torpezas.
Que tu mundo se cubra con las alas,
alas de nefasta impaciencia.